miércoles, 19 de marzo de 2008

¿El enemigo es como yo?

En 1954 Richard Matheson publicó la novela "Soy leyenda". Si tienes intención de leerla no sigas porque voy a contar el final. En dicha novela una extraña epidemia infecta a toda la humanidad. Los escasos supervivientes tienen síntomas que recuerdan a los vampiros: no pueden exponerse a la luz del Sol, temen las cruces y les repele el ajo. Durante el día se refugian en guaridas oscuras y hacen vida nocturna. La narración se centra en el único ser humano no infectado, que ha convertido su casa en una fortaleza para evitar los ataques de los vampiros, obsesionados por contagiarle y reclutarlo. Nuestro protagonista se pasa el día haciendo investigaciones médicas con la intención de elaborar un antídoto contra la enfermedad y lamentando su soledad. Al final, los infectados lo capturan, lo juzgan y lo matan. Durante toda la novela simpatizamos con él, el único hombre normal, hasta que, con su captura, él y nosotros entendemos que ahora la normalidad, siempre estadística, está en la sociedad de los infectados, y que nuestro personaje es la anomalía, el monstruo, y por eso debe morir. Él es la leyenda del título.

En 1971 se adaptó al cine la película, con el título inglés "The omegan man", que en España se convirtió en "El último hombre vivo", protagonizada por Charlton Heston. Esta película tiene como elemento notable el hecho de mostrarnos a los enemigos, los infectados, como hombres conscientes de su novedad, que repudian el pasado y desean constituir una nueva sociedad. Atribuyen su enfermedad a un castigo divino por la tecnificación del hombre y quieren reconstruir el mundo sobre las bases del primitivismo. Hay varias escenas de la película donde vemos a los infectados exponer su discurso, e incluso discutir con Heston sobre el mundo, la técnica, y los valores que deben regir en la nueva sociedad. Por supuesto Heston debe morir, como residuo monstruoso del pasado.

En 2007 hubo otra adaptación cinematográfica, llamada como la novela, protagonizada por Will Smith. La gran diferencia con la versión anterior es que ahora los infectados, además de ser fotosensibles, se vuelven criaturas irracionales: han perdido el lenguaje, no forman una cultura, y su comportamiento se rige por instintos primarios. Se han vuelto animales, aunque eso sí, agresivos y ansiosos por matar o por infectar a los sanos. Pero incapaces de hablar, de razonar y fundar un nuevo mundo. Son como perros rabiosos. En la novela la humanidad original resulta exterminada y sustituida por los vampiros. En la película de 1971 el final queda abierto: un adulto y unos niños consiguen marchar de la ciudad con una vacuna en busca de un lugar apartado de los infectados donde poder sobrevivir por sus propios medios. En la de 2007, una mujer y su hijo encuentran, casi por inspiración divina, una comunidad amplia y organizada, bien provista y defendida por el ejército. La sociedad humana no ha colapsado totalmente y queda un último oasis de la cultura tradicional.

¿Qué ha sucedido entre una película y la otra? En la de 1971 los enemigos son seres humanos con rostro, hablan, piensan, tienen un proyecto propio de mundo y lo están llevando a cabo. En la de 2007, por el contrario, los enemigos ya no son seres humanos, no hablan, no razonan, son animales salvajes incapaces de proyectar nada más allá de una emboscada como los lobos de cacería. Y su mundo, por supuesto, no es una alternativa al nuestro, bestias mal dotadas en comparación con los animales salvajes, están abocados a la extinción. En la primera película, un puñado de humanos no contagiados, todos niños menos uno, huyen de la ciudad sin saber bien a dónde y sin contar con nadie más que ellos mismos. En la segunda los fugados encuentran una comunidad entera organizada como un campamento militar y dotada de medios.

En 1971 el enemigo todavía era humano, ya fuesen los hippies o los comunistas. Y se reconocía que su mundo era una alternativa posible al que había. En 2007, en cambio, el enemigo ya no es humano. Es el terrorista suicida, sin rostro, sin mensaje. Es el miedo difuso, el malestar cotidiano, la soledad, la depresión, la precariedad, el trabajo que odias, la hipoteca que no puedes pagar, el accidente de coche, la enfermedad, la explosión de tu piso provocada por el vecino al que deshaucian. Y ese enemigo, además de ser inhumano, no ofrece alternativa. La segunda película intenta transmitir esa idea: el enemigo es un perro rabioso con el que no se dialoga, el enemigo no tiene otro mundo que ofrecerte, el único mundo posible es éste y aquí están nuestros marines para defenderlo. Pero no olvidemos un detalle de la versión de 2007: los fugados encuentran el campamento militar por el irracional método de la inspiración o la corazonada. ¿No estarán admitiendo que la catástrofe, cuando llegue, será de tal magnitud que sólo nos salvaría una intervención divina?

5 comentarios:

sublibrarian of the year dijo...

Maravilloso análisis de la transformación del enemigo en la imaginación colectiva real, el cine.

Recuerdo el día que fuimos a verla y lo contrariados que nos dejó esta versión espúrea salpicada de manzanas de Mac y sentimentalismo americano. Pero usted, como siempre, ha sabido ver más allá de la ganga entrar al núcleo.

Sólo Dios puede salvarnos.

Y ese es también el mensaje de la última novela de Cormac Macarthy, La carretera, que narra el viaje de un padre y su hijo a través de unos EEUU destruidos por un apocalipsis del que no se da noticia.

También ellos se aferran a una esperanza vana. llegar al mar, y también a ellos se les enfrenta el enemigo inhumano en la forma de mutas supervivientes devueltas al canibalismo y a extraños cultos basados en la magia de la sangre.

Pero donde la peli Soy Leyenda (la del Príncipe de Bel Air) encuentra la salvación en una heráldica de la cruz el fusil y la bandera, metáfora bastante literal de la Comunidad ideal de pioneros sitiados en el wilderness (una ciudadela en expansió), La Carretera lleva más allá su misticismo y apunta a la encarnación de un nuevo mesías: "sólo sabía que el niño era la garantía. Y dijo: Si el no es la palabra de Dios Dios no ha hablado nunca".

Sí. Cabe esa posibilidad.

Como también cabe la otra, la que no contemplan las películas y ni siquiera contempló el mismo Matheson o el libro de Macarthy: convertirse en vampiro, abrazar la barbarie, ser uno con nuestra verdadera carta de ciudadanía; ser el contiguo.

Aunque, en realidad, y ahora me doy cuenta de la profunda tesis de su post, la adopción completa de la barbarie es el argumento que rige el mundo ¿cómo podríamos dejar de ser sus legítimos ciudadanos?

Dejar de serlo es fantasía. Leyenda.

DINERO GRATIS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
DINERO GRATIS dijo...

Da gusto oíros a los dos.
No se si habéis visto una peli dirigida por Alfonso Cuarón titulada “hijos de los hombres” que esta basada en la novela de un tal P.D. James.
Ambientada en un futuro próximo en el que las mujeres se han quedado todas estériles, el mundo se estremece ante la noticia de la muerte de la persona más joven de la tierra, que tenía 18 años.
Un antiguo radical trasmutado en escéptico fumador es contratado por un grupo resistente al poder que participa de la misma lógica que éste (Bush y Bin Laden) para ser el protector de la persona más buscada sobre la faz tierra, la última mujer (milagrosamente) embarazada.
La ambientación de este mundo sin esperanza es una copia de las imágenes que la televisión nos ofrece de Palestina o de Irak y acaso por eso mismo, por reflejar una situación de cruenta realidad actual; necesita dejar una puerta abierta a la esperanza en el hombre. Esperanza en el hombre, puesto que Dios ya ha abandonado a la humanidad.
Lo curioso es que el autor no puede concebir otra esperanza en hombre que no pase por la destrucción total de la humanidad.
Ya sabéis, las viejas historias del diluvio o de Sodoma y Gomorra.
Los autores no pueden enfrentarse a su propia comprensión de que somos uno con el capital (legítimos ciudadanos de la barbarie generalizada) y dejan la puerta abierta a la fantasía. Una fantasía impotente, la misma de siempre, aquella que vendrá de afuera y mañana. Una esperanza así es necesaria para que el ciudadano siga obedeciendo.

Emma Peel dijo...

En imdb han puesto una FAQ de la nueva Soy Leyenda...

http://www.imdb.com/title/tt0480249/faq

leodecerca dijo...

Señor "Mundo Espejo", tan sólo anunciarle que este post, sugiriendo la visita a su blog, ha sido añadido en el mío, aquí le dejo el enlace para su consentimiento:
http://leodecerca.net/?p=80

Siga publicando más, nos tiene enganchados.