miércoles, 25 de mayo de 2011

Matemáticas

Gentes que leéis este blog: después de una larga hibernación vuelvo a publicar para anunciar que tengo el propósito de impartir un taller de matemáticas en cierto lugar que ya especificaré por otros canales. No pongáis mueca de disgusto, no tengo intención de enseñar a nadie a sumar quebrados; se tratará más bien de un ciclo de charlas destinadas a aquella gente que no considera que ciertas nociones de matemáticas deben formar parte de la cultura general. Si eres de esas personas que en el bachillerato decidieron escoger griego como optativa huyendo de las mates, entonces este taller te interesa.

No quiero ocultar los peligros que puede entrañar el dejarse seducir por las matemáticas, palabra que proviene del griego mathema (aquello que se enseña, conocimiento).

Así, por ejemplo, Gerbert d'Aurillac, que fue Papa en el año 1000 con el nombre de Silvestre II, intentó introducir en Europa las cifras arábigas (las que usamos actualmente). Sus contemporáneos pensaron que tal interés por las matemáticas sarracenas debía ser fruto de un pacto con el diablo, que, a parte de instruirle en esos cálculos, le proporcionó un súcubo o demonio femenino como concubina. Algún tiempo después de su muerte, la Iglesia ordenó abrir su tumba en la catedral romana de San Juan de Letrán para liberarla de demonios y de números.

No es de extrañar esta reticencia eclesiástica si tenemos en cuenta que ya cinco siglos antes San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia, dejó escrito: El buen cristiano debe estar alerta en contra de los matemáticos y de todos quienes hacen profecías vacuas. Existe el peligro de que los matemáticos tengan pacto con el demonio y la misión de ofuscar el espíritu del hombre para confinarlo en los linderos del infierno. (De genesi ad litteram 2, XVII, 37).

Más cerca en el tiempo, János Bolyai, matemático húngaro que investigaba el quinto postulado de Euclides, recibió una carta de su padre intentando apartarlo de una senda tan peligrosa: Te ruego que no intentes tú también luchar con las teorías de las líneas paralelas. Perderías el tiempo y sus teoremas quedarían sin demostrar. Estas impenetrables tinieblas pueden derribar a miles de torres como Newton. (...) Por amor de Dios te lo ruego, olvídalo. Témelo como a las pasiones sensuales, porque lo mismo que ellas, puede llegar a absorber todo tu tiempo y privarte de tu salud, de la paz del espíritu y de la felicidad en la vida.

Y baste como último ejemplo la desdichada suerte de Hipaso de Metaponto (siglo V a.C.), que se atrevió a hacer público el carácter irracional de la raíz cuadrada de 2, rompiendo con ello el pacto de silencio que mantenía sobre tal cuestión la secta de los pitagóricos. Tal crimen comportó a Hipaso y sus secuaces la muerte, según cuenta el filósofo griego Proclo: Se dice que los que sacaron de su escondite a los irracionales y los dieron a la luz pública perecieron en un naufragio, hasta el último hombre. Porque se debe ocultar lo inexpresable y lo informe. Y quienes lo descubrieron (...) fueron instantáneamente destruidos y deberán permanecer expuestos por siempre al juego de las olas eternas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero tener pronto noticias a través del canal "escogido". ¡Siempre me han gustado las matemáticas!
Adela